A propósito del tema de las emociones...


Antes que nada, quiero proponerte que te abras al pensamiento de que, sí, se puede interiorizar tratando de ponerse en los zapatos del otr@ y eso para mi se llama solidaridad y sentido común. La primera me lleva a la rectitud de la conciencia y la otra a pensar en que como individuo mis reacciones llegan a una sociedad y soy parte de ella. Claro esta, un niñ@ no lo aprende sufriendo sino en la medida en que interioriza las acciones de sus cuidadores.


Me explico para entender esto no se debe imprimir alguna agresión física o verbal más bien hablaría yo de una amonestación con un objetivo pedagógico.






Por lo que me ha llevado a estar en el hermoso campo social, he visto en el trabajo con la niñez y adolescentes y en lugares de mucha pobreza que en definitiva un niño o niña no aprende si no logra hallar un significado en su mente, de qué es bueno y qué es malo, y esto último no es tan claro, cuando convives con personas adultas que su actuar, su pensar y vivir te obligan a reprimir tus emociones o a no saber expresarlas, en el cómo, cuándo y dónde.


La experiencia me ha llevado a utilizar estrategias de pedagogía con niños y niñas que no saben escuchar, no saben que es amor ni entienden que es comprensión. En su mundo siempre se les verá en algún momento sonreír y ser feliz en espacios, que luchan por vivir en el caos. Y en donde las emociones se deben expresar. Pero ellos y ellas utilizan en su mayoría el silencio no como manera de protesta a algo que no están de acuerdo, sino como reflejo del miedo y esta es para mi la peor de las emociones. Por ello el camino del amor es la mejor fórmula, ya que es la fuerza mas bella y poderosa del mundo.


Un mensaje más, entender que “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora… tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar” (Eclesiastés 3:1-4), es en muchas ocasiones difícil de aceptar o comprender.

La vida es bella no fácil.


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